Mátame.
Destrúyeme.
Termina con lo poco que queda de mí, hasta ser, una vez más, nada.
Una vez más me metí en el papel de "dios" en el juego del amor.
Amé una vez más, perdí también una vida más.
Creo que se me han agotado las vidas, pues la fuerza que poseo es escasa.
Como mi imaginación que poco hace conmigo, que poco ayuda a hacer que me sienta mejor.
Una vez más, me perdí en mi inestabilidad emocional. Dejé que el pasado se apoderase de mí y me temo, no tengo un plan de escape propicio para la gravedad del caso.
Soy Gris la mayor parte del tiempo, gris como los vetustos largometrajes que me siento a ver de vez en cuando; Gris, como el cielo que cubre Lima en invierno y no deja que penetre algún rayo de sol; Gris, así. Con un matiz nulo. Cuando mi alma comience a pintarse de infinitas tonalidades, sabré, otra vez, que se trata sólo de un mal sueño y que he de despertar muy pronto.
Soy un ente solitario, creo que no necesito de nadie, porque de cualquier manera siempre estoy triste.
Otra vez me escondo, pues tengo miedo de ser un amor efímero, como siempre lo he sido en la vida de los/las que me he cruzado.
Vacío y soledad van de la mano por última vez, para siempre. 

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